
El paradigma del big data y el medio ambiente
El concepto BIG DATA está referido a las grandes bases de datos procedentes del control de procesos y mecanismos de interés, a la interrelación entre diversas fuentes de datos, y a las herramientas que se utilizarían para estructurar la información y extraer conclusiones interesantes de la misma. Es así como estos datos no han permitido deducir grandes conclusiones en diversas áreas como por ejemplo lo es la ambiental.

El diseño de redes sensoriales aplicadas al medio natural y al entorno forestal, como en aplicaciones para la prevención y detección de incendios, nos ha llevado a darnos cuenta de la importancia de generar una sólida base de medición y control inicial que aporte una información útil, organizada y coherente a los objetivos perseguidos. No se trata de medir por medir, sino de controlar lo que realmente necesitamos y de saber aprovechar los recursos de que se dispone, internos y externos.

Un dato es sólo un número si no hay un cerebro detrás que lo interprete y evalúe haciendo uso de la inteligencia.
De esta forma, el objetivo de todo buen sistema de “big data” será siempre la obtención de un conocimiento práctico del entorno en estudio, proporcionando un análisis sencillo tanto de la situación en tiempo real como de su evolución a futuro, detectando patrones de comportamiento y proporcionando escenarios de caracterización del entorno que permitan un análisis sencillo y efectivo de riesgos y oportunidades, así como la generación de predicciones.
La experiencia en sectores como el de la explotación de redes de control de la calidad del aire ha permitido darnos cuenta del potencial que hay detrás de la minería de datos de grandes series históricas, más aún cuando las puedes cruzar con otras series de interés como las meteorológicas o las de control de tráfico. Hemos ido más allá del cálculo estadístico básico para comprobar el cumplimiento de valores límite, umbrales y objetivos, y hemos utilizado software de minería que nos ha permitido tener la posibilidad de estudiar evoluciones, hacer previsiones, analizar escenarios o incluso detectar fuentes de emisión cercanas.

Camila Matamala.
Derecho. U.Mayor
Quedará buscar nuevas líneas de trabajo en áreas de interés para las que tenemos grandes ideas y en las que estamos seguros que el “Big Data Ambiental” aportaría un alto valor añadido.
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La gestión del ciclo del agua en las ciudades. ¿se imaginan aplicar el big data tanto en la potabilización y consumo, como en la gestión de los vertidos y su tratamiento? Podríamos adaptar los servicios a las necesidades, tanto del ciudadano como del entorno, adaptarlos a cada escenario o situación, detectar fugas en el instante.
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El control de las emisiones en industrias. ¿se imaginan aplicar el big data para el análisis de la evolución de los parámetros en función de los procesos, de las condiciones meteorológicas, etc?
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La imaginación es muy osada, y de hecho es el único límite que se encuentra el big data hoy en día es el cielo.